La exposición estacional de la piel a la acción de los rayos solares, al aire acondicionado, al frío, al viento y a las aguas cloradas de las piscinas, producen una deshidratación de la piel acompañada de una pérdida de textura y flexibilidad cutáneas que puede solucionarse con un tratamiento de revitalización facial a base de vitaminas y antioxidantes.
El tratamiento de revitalización facial consta de varias sesiones y consiste en la microinfiltración o mesoterapia de un “cocktail” de vitaminas y antioxidantes para hidratar y nutrir desde dentro.
El número de sesiones y su frecuencia dependerá del tipo y grado de envejecimiento. Por lo general se recomienda de 4 a 6 sesiones.
Se consigue, en pocas horas, una visible recuperación de la luminosidad, tersura e hidratación de las zonas tratadas devolviendo a la piel su frescura y juventud.